Las redes tecnológicas se han convertido en herramientas de primer orden para la circulación de información de manera inmediata y a escala global; más aún, se han utilizado eficazmente para promover vínculos entre personas con intereses comunes, ya sea en orientaciones académicas, en campos de conocimiento o en líneas de investigación. Estos vínculos se fortalecen con la apertura de canales de comunicación, sincrónica y asincrónica, en los que pueden apreciarse distintos procesos y niveles de interacción entre los participantes. Esto es lo que se denomina comunidades virtuales. En ellas, participa un número cuantioso de individuos con intereses diversos, que encuentran en la dinámica comunitaria espacios alternos para su formación o consolidación cultural.